Soneto XVIII de Shakespeare.

¿A un día de verano compararte?
Más hermosura y suavidad posees.
Tiembla el brote de mayo bajo el viento
y el estío no dura casi nada.
A veces demasiado brilla el ojo
solar, y otras su tez de oro se apaga;
toda belleza alguna vez declina,
ajada por la suerte o por el tiempo.

Pero eterno será el verano tuyo.
No perderás la gracia, ni la Muerte
se jactará de ensombrecer tus pasos
cuando crezcas en versos inmortales.

Vivirás mientras alguien vea y sienta
y esto pueda vivir y te dé vida.

Volvemos a casa, prendamos la radio.

Caminando por Warnes, puse la Pop, y escuché el programa de Gerardo Rozin, y justito , justito empezó la sección (una de las mas lindas por cierto) que es, " la canción del deseo".

Las nubes sobre la avenida pasan lentamente, y el viento sopla. Pienso en tantas cosas! mi brazo, Pía, Bren... mi familia, las personas que aún están, me hace bien. Llegando a Scalabrini Ortiz, decidí tomarme el 55 y llegar a destino. Un deseo.. un deseo cada vez que pasa un tren. Fue inevitable que no se escape el lagrimón en el colectivo. En la esquina de Uriarte y Nicaragua estaba un ebrio tomando un fernandito sentado en el duro cemento. Los taxis, la radio. Me quede escuchando y viendo hasta el final. Son las nueve, y antes de que se fuera, me acerqué y le dí las gracias, por hacerme feliz, por recordarme siempre que con Ese Deseo, alcanza.

Gracias.