
Entonces Juliana pensó en su deseo, y ya sabiendo como hacer para que todo se vuelva realidad, en medio de la tarde un susurro dijo el nombre de su amor. -"Prende una vela de miel y pide tu deseo". Recostada sobre su cama ella se durmió. -"No pienses que lo hallas hecho mal. Por qué habría de salir mal?
Bien aventurados los que le ponen a sus deseos, la luz del Sol.