
Ultimamente mis días son felices. Me sonrío sola en el subte, acordándome de cosas que me hacen feliz el alma.
Hoy después de mucho tiempo llegó el frío, saqué los guantes color esperanza, salí a la cruda realidad.
Llueve, pero me gustan los días así, color plomo es el cielo, pero carmín mis labios son. Sigo sonrojándome, me encanta pensar en el Sentir. Es La Verdad.
Vamos a tomar un té?, aún es temprano, son recién las siete de la tarde. La Paternal es grande, pero los dos sabemos donde nos encontraremos, tan precisos... pensé que llegaba tarde.
Está lloviznando, me gusta caminar bajo la llovizna, a vos no? Yo quiero un té! así te cuento de mis buenas nuevas! Vos que contás? Yo creo que hay que esperar. Solo eso, pero siempre lo bueno y armonioso, y vas a ver como cambian las cosas.
Los hombres también ahora que lo veo, son bastante sufridos, seremos acaso las mujeres las vuelteras?
Está muy rico mi té. Me voy a pedir otro, me gusta también con limón, como para cambiar un poco lo mismo de siempre. Capaz a vos también te hace bien al corazón. Siempre estan los buenos amigos para dar concejos, y reirse de las cosas simples.
Ya en mi cuarta y ultima taza de té, me doy cuenta que si existen los hombres de corazón sensible, pocos son los que poseen la gracia de poder expresarla, los que sienten en el pecho, ese palpitar.
Sin miedo a la verguenza, jugando a querer aunque sea por unas horas.